Para este reto he decidido hablar de una mujer de Málaga, mi ciudad, que tuvo la valentía de adentrarse en un mundo como es el del fútbol que incluso a día de hoy muestra desigualdades en cuanto a diferencia de sexos se refiere.
Muchas malagueñas fueron pioneras en la lucha feminista de la ciudad, cuando el papel social de las mujeres era prácticamente inexistente; ya que no tenían ni voz ni voto.
El movimiento feminista ha sido, sin duda, esencial en las políticas y derechos que cuentan hoy en días las mujeres. Lo conseguido hoy en día es fruto de años atrás, gracias a la miles de mujeres que alzaron la voz cuando no se podía, abrieron así el camino a otras.
Málaga fue cuna de mujeres filosofas, farmacéuticas, deportistas y dramaturgas, entre otras. Malagueñas que de manera silenciosa o notoria, transgredieron las normas y se atrevieron a desempeñan trabajos que les estaban vetados en aquel entonces.
Para poner un ejemplo concreto traigo la historia de Ana Carmona, (Málaga, 1908 – Málaga, 1940) más conocida como Nita o La Veleta, fue la primera mujer que se vistió de hombre para poder jugar al fútbol, siendo probablemente la primera mujer futbolista del país. Carmona transgredió las normas de la época, jugando en el Sporting de Málaga y en el Vélez CF en los años 20 y 30.
Ana se hacía pasar por hombre, porque por aquel entonces las mujeres no podían jugar al fútbol. Por ello, se recogía el pelo, se vendaba el pecho y se vestía con una equipación holgada; bajo el pseudónimo de La Veleta, jugaba con el equipo malagueño.
Ana Carmona Ruiz, apodada "Nita", nació en el barrio malagueño de Capuchinos. Su padre, un estibador del Puerto de Málaga, la envió a Vélez-Málaga con sus tíos para alejarla de su afición deportiva. Nita había crecido observando a los marinos ingleses practicar fútbol en las explanadas del puerto malagueño, pasando en edad juvenil a jugar algunos partidos en el Sporting Club de Málaga, club fundado por el padre salesiano Francisco Míguez Hernández. Para jugar al fútbol según su descubridor, el periodista, Jesús Hurtado, se vinculó como ayudante del masajista, Juanito Marteache, así como la persona de enlace para llevar la ropa de los jugadores que precisamente lavaba y zurcía su abuela.
Tras jugar en Málaga no sin dificultades por lo perseguida que estuvo, llegó a jugar en el Vélez Club de Fútbol, donde le apodaron "Veleta" ya que, según sus compañeros de equipo con los que coincidió en el Sporting «ésta cambiaba de mujer a hombre y viceversa, como una veleta». Para lograr jugar al fútbol en una época en la que las mujeres no lo tenían permitido, se recogía el pelo ocultándolo con una gorra o boina entonces permisible en este incipiente nuevo sport, se vendaba el pecho y vestía con pantalones largos hasta la rodilla y camisetas holgadas que le servían para pasar desapercibida y parecer un hombre.
Su juego destacaba sobre muchos de sus compañeros, dominando el juego aéreo y de apurada técnica, lo que le hizo merecedora del cariño de la afición y la protección de los miembros del equipo de Vélez-Málaga.
A pesar de ello sufrió especialmente en Málaga el escarnio público por parte de las autoridades y algunos vecinos/aficionados conservadores, hasta el punto que le raparon el pelo o pasó por arresto domiciliario por alteración del orden público.
Falleció a los 32 años de tifus exantemático epidémico. Fue enterrada con la camiseta del Sporting de Málaga en el cementerio de San Rafael de Málaga.
Su historia fue rescatada por el periodista e investigador deportivo, Jesús Hurtado, primero en su libro 75 Años de Fútbol en Vélez.
Cabe destacar después de ver por lo que pasó Ana, solo por querer dedicarse a practicar un deporte que cualquier hombre podía realizar sin problemas, que su historia debe servir de ejemplo de lo que no debe ocurrir en estos casos y servir de inspiración para quien se proponga cumplir sus metas, aunque la sociedad se empeñe en impedirlo.
Personas como Ana Carmona que dan el primer paso, son las que consiguen con su arrojo inspirar a otras en su camino y lograr cambios reales en la sociedad.
Una prueba de la evolución que se ha vivido en el mundo del fútbol y la participación de las mujeres en el mismo, es el logro que se consiguió en el último mundial femenino, que aunque sigue siendo una categoría deportiva que aún cuenta con desventajas frente a la categoría masculina, gracias a su esfuerzo han llegado a alcanzar la cima y el reconocimiento del deporte en general.
Para la realización de este reto he consultado:
- La Opinión de Málaga.
- Wikipedia.
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